Vivencias de un Lunes Santo

Hoy pretendo dar a conocer a todos mis hermanos, que pese a las circunstancias de este azote que padece la Humanidad y que conocemos como pandemia, como norma de profilaxis social,  de sobra ya conocéis, que en las medidas contra la plaga viral del siglo XXI, está incluida la prohibición de las salidas procesionales de las Hermandades a la calle, para realizar su estación de penitencia, por lo que los Pasos y su cortejo penitencial no realizarán su habitual itinerario camino de la Santa Católica y Apostólica Iglesia Catedral.

Pero a pesar de esta causa tan dañina y todo lo que este cataclismo comporta, prohibiciones, normas cambiantes… Que os voy a contar si todos y nuestro entorno  sufre por esta locura biológica. Y sin apartarnos de nuestra Fe y respetando las Sagradas Escrituras, las Hermandades en la calle nos presentan una Buena Nueva, es  como un evangelio no  escrito, que a través de las imágenes realiza en quien lo  siente  una catequesis plástica de la pasión de Dios Nuestro Señor.

Y por supuesto mantengo, aunque nos cueste y me  planteo una Semana Santa  de otra forma, intentando vivir en cada casa Cofrade con nuestras vivencias, oración y devoción con una carácter muy personal  Y así  viviremos, de una forma distinta, los  días santos.   Y podéis estar seguros que si lo hacéis sinceros y de una pieza, en cuerpo  y alma, como la túnica de Jesús, es decir, de forma inconsútil, podéis estar seguros de que esa Semana Santa así vivida y sentida y diferente de la conocemos desde nuestra niñez, también le gusta a Dios.

Hoy recuerdo un hecho singular, y lo  hago hoy presente que llevo viendo muchos años cuando paseo por el antiguo Paseo de Canalejas; este hecho acontece todas las primaveras o en sus vísperas, siempre en torno al Miércoles de Ceniza que, como sabéis, comienza la Cuaresma. En dicho paseo hay unos árboles que presentan una floración de color rosado muy característica que se mantiene hasta la Pascua. Esta eclosión de flores rosas es un indicador perfecto para decir que la Cuaresma comienza. Además de los cultos que realizan las Hermandades (triduos, quinarios y septenarios)  y viacrucis. De tal manera que esta floración es anuncio de que el tiempo litúrgico de la Cuaresma va a comenzar.

Este árbol se adapta a las circunstancias actuales, no florecen todos al mismo tiempo, pareciendo que guardan una distancia de seguridad, parece que entienden lo que es la pandemia y el viento y los insectos, así como la brisa y los vientos de Cádiz, se encargan de limpiar los pétalos de las flores, actuando como un gel aéreo. Así como las hojas caducas hacen en las flores de improvisada mascarilla aislante.

“Qué sabia es la naturaleza”. Y qué sabiduría tuvo Dios en el ornato de la creación, destinando el tercer día para la creación de las flores y las plantas.

Qué Cuaresma tan especial se nos presenta, pero no importa, porque apoyados en nuestra fe y las vivencias que sacaremos del arcano de nuestros recuerdos nos hará decir  a todos que de una forma especial y muy personal hay Semana Santa, que para ello, como tiene que ser, fue anunciada en el Pregón que será siempre recordado pronunciado el quinto Domingo de Cuaresma, Domingo de Pasión.

Vamos a vivirla día a día desde ese Domingo de Ramos lleno de paz y lleno de palmas en todas las casas, que seguirá hasta el domingo siguiente en que celebraremos la Resurrección del Hijo de Dios después de conmemorar día a día la pasión y muerte del Redentor.

No es menos cierto que los previos a la Semana Mayor no son para recordar, pero sí para citarlos:

El incienso está preso en su incensario sin candela alguna.

La música oculta en las partituras sufre con pena.

Las flores huérfanas de ánforas, de jarras y de corcho.

La cera condenada a la pena de estar colgada por su pabilo, a que no muestre su luz y  no nos deje su carismática huella en nuestras manos. Y candelabros, caracolas y los guardabrisas pierden su  sentido

No se apagan luces, y las calles  no tendrán cera.

No habrá preocupación por el tiempo.

Martillo, horquillas dirán: ¡Que hacemos!

Esta vez, y por segundo año, no podemos decir ni de ninguna de las maneras el “ya se verá”, “qué haremos para otro año”, “cómo será el mañana”, olvidad hermanos/nas  esta frase, porque el mañana es el adverbio de los vencidos, así que desde ya me dirijo a todas las Hermandades y en especial a la nuestra. Estad listos y entregados a vivir en vuestras casas imaginando vuestra estación de penitencia, de una manera personal, tenéis lo mejor  vuestras propias vivencias y las vivencias familiares, y la de todos vuestros allegados, y haremos Semana Santa personal, no voy a decir EN GRUPO ni REBAÑO porque suena a algo de inmunidad, lo haremos en comunidad y con devoción, demostrando que el “bicho de la corona del mal” no puede con el sentimiento cofrade, de eso nada, que aunque no estemos en la calle, la Semana Santa se va a vivir, insisto, de forma personal, pero va a tener lugar. Las calles no se mancharán de cera, pero en cada hogar cofrade habrá, a la manera de cada uno, y con devoción encendida, una autentica vivencia de la Pasión, Muerte y Resurrección del Hijo de Dios.

Es ya Lunes Santo, qué ilusión, y para mí, que procesiono desde los diez años os podéis hacer una idea. Los naranjos desde temprano en ese Santo Lunes forman guardia en la plazuela de San Francisco y se visten de su mejor gala, el azahar, puestos a rendir honores al Amor y a la Esperanza, y desde casa, desde cada hogar cofrade habrá salida procesional, a la hora que escoja el Hermano, no hay Fiscal ni Mayordomo, no hay control de tiempo, ni de itinerario ni  contaje de hermanos; solo nuestro Nazareno del Amor y su Santísima Madre. Madre e Hijo, Hijo y Madre. Nuestros Titulares de toda la vida  que llevamos siempre con nosotros. Saldrán nuestras casas en pequeños pasos llevando lirios como Dios manda el Cristo, y el palio, lleno de flores rosas de esos árboles que anuncian la Cuaresma.

Ya sale el Nazareno del Amor, casa por casa, y cada Hermano/a escoge la música que  quiera y nuestro Nazareno nos regala su amor, amor a raudales por su redención, y su cruz, esa cruz que lleva como ninguno, con su madero vertical que señala el cielo y su estipes, esa madera horizontal que soportaran los brazos de Cristo con los que abraza al prójimo universal.

Y saldrá, tras el Hijo, cuando el paso de Cristo va por el pasillo de tu casa. Esa Madre nuestra la Virgen de la Esperanza, que ya asoma por la puerta de tu cuarto. Y con la licencia que yo me tomo, el Paso Palio va a salir, va el primero “toc”; y en la trasera del paso hay dos jóvenes del Grupo Joven, creo  que de antes de ayer. Uno que se perdió en Sevilla hace ya muchas Cuaresmas y otro que fue el Secretario más joven que ha tenido esta Hermandad, que con fuerza esos pateros responden al capataz: “Liiiiistos los de atrás”, primera levantá, al techo con ella, y desde un viejo cassette se escucha “campanilleros”.

Intentadlo que se  puede, cuantas cosas  se han soñado, y se han hecho  realidad, o no  es verdad Paco.

Y como en las bodas de Canaá, el actual grupo joven de esta Hermandad   se dirigen a su  esperanza más cierta a  nuestra Madre, a la Santísima Virgen de la Esperanza, diciendo: “No podemos salir el Lunes Santo”; y nuestra Madre sí esa Madre nuestra que vive en San Francisco, junto a su Hijo, según se entra, a mano derecha, la mejor vecina de este céntrico barrio, que es oyente y atenta a nuestras súplicas, y toito se lo cuenta a su Hijo…..Esa Madre la que  nos quiere a todos de veras

Ya sabéis como son las cosas en las cofradías, mi amigo Ignacio, me cuenta: he vendido todas las sillas del cielo, y los ángeles buscan sillas de reventa. Será por aquello que es distinta…..

Y que así sea por siempre, que la devoción  cristiana y el  compromiso cofrade hagan prender en jóvenes, mayores y en aquellos que viven el otoño de su vida que la Semana Mayor tendrá lugar, viviremos Lunes Santo en comunión, cada uno en su casa, mandando Dios desde arriba, y cuando terminemos y hagamos la recogida de los titulares en nuestra casa a la hora que nos venga en ganas diremos como cada recogida de Lunes Santo:

¡QUÉ POCO DURA LO BUENO!

De ninguna forma ni manera, os he querido  contar un cuento. Solo recordaros a  todos/das, que la devoción es importante en una Hermandad, que este imaginado Lunes Santo, nos arraigue más nuestro  sentir cristiano, y entender  porque nuestro Nazareno por el Amor más Grande lleva su cruz.

La procesión ha terminado, no levantéis faldones ni toquéis las flores, los músicos en el pasillo, los penitentes – bueno los  nazarenos -, que nadie se pique. Los cargadores cada uso  con  su  capataz pegaos al paso. Y se escuchara desde alguna casa: Olé por estas cuadrillas que hacen de la carga un arte y de su esfuerzo oración que se escucha donde se tiene que oír: ¡EN EL CIELO ¡

Y como  dijo  el rey santo, allá por el siglo XIII: Váleme

Si válenos  Jesús nuestro y haz que nuestra devoción sea un estreno cada salida de Lunes Santo, que sea devoción  renovada para seguir a Nuestro Padre Jesús Nazareno del Amor en su camino de redención.

Ha terminado el Lunes Santo.

¡QUE POCO  DURA LO  BUENO!

Porque Dios así lo quiere.

Vuestro en la Fe y en la Hermandad José Manuel Romero Freyre