SEDE CANÓNICA CONVENTO REMEDIOS SAN FRANCISCO

El Convento de Nuestra Señora de los Remedios, comúnmente conocido como Convento de San Francisco, es uno de los edificios religiosos más antiguos existentes de la ciudad fundado en 1566 y que según los historiadores Juan y Lorenzo Alonso de la Sierra, en su libro “Cádiz, Guía Artística y Monumental”, se reedificó a finales del S. XVII y en la centuria siguiente experimentó una importante reforma bajo la dirección de José Francisco Badaraco, que le configuró su fisonomía actual. En el S. XIX, las dependencias conventuales y huerto se vieron reducidas con la Desamortización de Mendizábal; actualmente es la Plaza de Mina, el Museo y Escuela de Artes.

La iglesia posee planta rectangular de una sola nave en su origen, si bien, en el momento de la reforma se añaden capillas laterales, que confiere un falso aspecto de tres naves. La iglesia se cubre bajo bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones decorados con lacerías geométricas y rocallas de madera. A la entrada de la nave se encuentra el coro. Sobre el presbiterio se eleva la cúpula, dividido en dos cuerpos cuyas pechinas, decoradas por relieves en la que se insertan pinturas de cuatro papas: Nicolás IV, Alejandro V, Sixto IV y Sixto V. Tras esto, se eleva el tambor circular y por último la cúpula de media naranja. Los muros de la nave central están decorados por sendos cuadros de mediados del S. XVII. Los muros laterales dan acceso a dos capillas laterales (Sagrario y San Luis) que poseen cúpulas semiesféricas sobre pechinas, dando aspecto de una especie de crucero.

El retablo mayor fue realizado por Gonzalo Fernández de Pomar en 1763, de madera tallada y consta de tres cuerpos divididos en tres calles. En el manifestador se encuentra la imagen del crucificado, obra de Francisco de Villegas, las hornacinas laterales están ocupadas por las tallas de San Francisco y Santo Domingo y en el segundo cuerpo las imágenes de Santa Clara y Santa Coleta, obras estofadas y policromadas, adjudicadas al quehacer de Pedro Laboria, al igual que el Altorrelieve de la Coronación, que ocupa el ático. La hornacina principal se encuentra presidida por la titular del convento, Nuestra Señora de los Remedios, obra de Van Pomberge, de mediados del S. XVII, que debió de pertenecer al antiguo retablo. A cada lado del presbiterio están colocados dos ángeles lampareros en madera policromada atribuidos también a Pedro Laboria.

En la nave del evangelio, la capilla sacramental está presidida por un retablo dieciochesco en madera dorada sustentado por estípites. Destaca el relieve de Pentecostés y a su lado las tallas relacionadas con la eucaristía Santa Clara y San Pascual Bailón. En el ático un relieve de la Trinidad, todo ello realizado en madera dorada y policromada. A los lados del retablo dos ángeles lampareros orantes, atribuidos al taller de Doménico Giscardi. En el de la epístola, está situada la capilla de la nación francesa, o de San Luis, presidida por un retablo, en madera policromada en verde y oro, realizado en l673 por Damián Machado. Radica la imagen de San Luis Rey de Francia y en los laterales San Dionisio y San Remigio, tallas realizadas en el taller de Pedro Roldán. En el ático preside la imagen de un crucificado realizado en papelón. En las pechinas cuelgan atributos de la pasión en madera policromada.

hermandad nazareno del amor

El púlpito es obra barroca de mediados del XVIII en mármoles de colores cubierto por un tornavoz rococó en madera dorada, y rodeado por imágenes franciscanas de pequeño formato, restauradas por José Rivera García. La capilla de la Hermandad de la Vera-Cruz posee retablos tardobarrocos del S. XVIII en madera policromada, estando presididos por las imágenes titulares. El crucificado es obra atribuida al círculo de Antón María Maragliano y la Virgen de la Soledad realizada por Sebastián Santos. Entre los dos retablos y en una vitrina en forma de cruz, del mismo estilo se encuentra la cruz de guía de la cofradía, realizada en el XVIII en madera dorada y espejos.

Otras capillas destacadas son las de San Antonio, del S. XVII, la de San José, del S. XVIII o la de Ánimas, de estilo neoclásico. La portada de San Antonio es obra de Cayetano de Acosta, en torno a 1750. La capilla de la nación flamenca está fechada en 1621, muy reformada posteriormente por Torcuato Cayón y está presidida por la imagen de la Asunciónn, atribuida a José Esteve y Bonet, del S. XVIII.

Junto a la puerta principal de la Iglesia, se encuentra la antigua capilla de la nación portuguesa, para rendir culto a San Antonio. Por varias razones, se le cedió a la cofradía de San Diego de Alcalá. Actualmente, nuestra hermandad radica en esta capilla, de planta rectangular, con sótano y cubierta por bóveda octogonal sobre trompas, decoradas con pinturas al trampantojo de la segunda mitad del XIX. El retablo, muy alterado en el S. XIX, presenta aspecto neoclásico, donde se encuentra la imagen de nuestro Nazareno del Amor, obra de José Rivera. A su lado, se encuentran las imágenes de Nuestra Señora de la Esperanza, obra de Luis Jiménez y de San Juan Evangelista, de Alfonso Berraquero. Frente a este, un retablo de estípites con la imagen de Nuestra Señora de la Paz, obra atribuida a Francisco de Villegas, que en el S. XVIII sufrió una reforma, de manos genovesas, con nueva policromía, nuevo Niño Jesús e incorporación de telas encoladas. En la misma capilla, se encuentra la talla del Cristo de la Expiración, crucificado perteneciente a una antigua hermandad hoy extinguida, y realizado por Jacinto Pimentel en 1655.

De entrada, a la sacristía se encuentra la imagen del antiguo titular de la Hermandad de la Vera-Cruz, obra mexicana de pasta de papel. La sacristía es de planta rectangular, decorado por cajonería del S. XVII y tres hornacinas, la central presidida por la imagen de Cristo Resucitado, obra documentada de Francesco Galleano de 1729 y que perteneció a la Hermandad de los Trece. Las laterales están ocupadas por las imágenes de San Francisco atribuido al escultor Pedro Reling y un San Diego de Alcalá atribuido a Juan Martinez Montañés. Destacar la imagen de San Francisco de José Rivera García. Decorada también por cuadros sobre la vida de San Francisco. El patio es obra manierista de planta rectangular de dos cuerpos con arcadas y columnas dóricas en el primer cuerpo y jónicas en el superior.